domingo, 19 de diciembre de 2010

No, no acepto

Soy larguilucha y me gusta dormir en las posiciones más enredadizas. Por eso quiero mi cama y cuarto para mí sola hasta el fín de mis días. Pienso que los dormitorios son espacios muy emotivos e importatntes para las personas, muy influyentes y compañeros. Talvez más de lo que la gente cree.


Cuando discuto con alguien, por lo general, me cae bien no verlo ni hablarle por algunas horas, me parece que es un minidistanciamiento saludable e inteligente. No creo que esté bien irme a descansar con alguien con quien, azarosa y lamentablemente, tuve una desavenencia en el día. No me sentiría bien conmigo. Qué incomodidad, qué atropello a mi intimidad. Entrar y salir de la habitación en simultáneo con ella y, claro, en silencio porque andamos en desacuerdos. Masticando ese silencio ensordecedor. Creo que algo acertado sería ordenar mi cabeza en privado y dejar que la noche y su magia me aclaren.


De niña fuí siempre muy desordenada y hasta ahora, pero gracias a mi mami he aprendido a controlarme y a combatir el defecto. Siempre brota porque está grabado en mí, pero aprendí a poner límites, entonces gano.
Mi mesa de noche es muy mía. Conosco mi desorden y cómo organizarlo. Mi crema para los granos, la humectante, los lipsticks, los lentes, los teléfonos, el libro que estoy leyendo, mi foquito especial para leer, los postits, mi esmalte y quitaesmalte, son mis cosas, y puede perturbarme más que un sarpullido ver que accesorios ajenos aplasten mi estimado desorden como una pata de Godzilla.
Mi velador es mi velador. No soy engreída, no lo fuí de chica y menos lo seré hoy, pero son mis cositas.


No voy a llenar mi hogar de malos aires cuando puedo evitarlo.
No quiero permitir que el aburriemiento y la monotonía me confundan y me hagan creer que quiero renunciar.
Mis hijos no se van a joder por la culpa mía en darle gusto a la costumbre y a lo normalcorrecto, a lo que se hace por hacer e imitar y sin cuestionar.
Creo en los cuartos separados. Será lindo pasarla juntos y mejor aún será saber que no existe un compromiso de compartir tus reposos cuando así no lo quieres.
Creo en mi espacio. Creo en que yo soy yo y nadie debe interrumpirme.
Creo tanto en que no debería morir sin haberme enamorado como en que no debo deberme a alguien.
Creo en que la felicidad máxima sólo la voy a encontrar en mí.
Yo soy mía.


Mis maneras son lo que me harán feliz y me alivio al saber que lo sé.