miércoles, 4 de abril de 2012

Hasta que seamos abuelos y nuestros nietos sean amigos

Podría cambiarme de ropa con Lucas en mi habitación y sería normalón. Tanto así.
Es como un producto diferente de la misma marca.
Es como un Yo pero nacido en otro mes.
Es hombre, es gordo, es otra persona. Es algún Yo mío de por ahí.
Es otro. Somos distintos y mucho, pero a veces es como cuando hablas solo y el aire te entiende, talvez no está de acuerdo pero entiende. Es un compañero que está escrito en mi historia previa a mi confección.
De la vida. De Sao Paulo.
Antes estábamos tan chicos en todo sentido... San Miguel era nuestro; no es la zona más importante o bonita y tampoco la segunda pero era nuestro. Magdalena.
Era genial vivir a cien metros de distancia, todo era fácil. Probablemente no existían problemas que no se solucionaran con tocar el timbre del otro.
Nunca más vamos a volver a tener esa edad ni esa vida y no es que quiera que vuelvan. Todo mi plan está delante de estos sabrosos recuerdos. Delante de mañana.
Lo adoro. Si no está lo extraño y lo espero :)

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